La enfermeria lleva riesgos propios debido a las características de su profesión. Así existan protocolos para evitar ser contagiado por el gran número de bacterias y virus que se concentran en un recinto hospitalario, el riesgo de contraer una enfermedad sigue ahí latente.

Un caso muy concreto que recibió mucha publicidad por los medios, es el de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, la española que resultó contagiada con el virus del Ébola. Ella niega rotundamente haber roto los protocolos para evitar el contagio, mas sin embargo estuvo a punto de morir víctima de esa enfermedad epidémica.

Para ser profesional de la enfermería es indispensable tener mucha vocación y mucho amor por el prójimo, hasta el punto de poner en peligro su propia integridad por un contagio con tal de lograr el bienestar y la pronta recuperación de sus enfermos. Esto, obviamente, aplica para todos los profesionales de la medicina, aunque las enfermeras  auxiliares está más expuestas por el hecho de manipular directamente al paciente.

Además de estos peligros, existen otros sacrificios extras para estos trabajadores de la salud: los famosos turnos de 12 o 24 horas seguidas. Especialmente en las enfermeras que son madres con niños pequeños, estos turnos significan un sacrificio extra. He sido testigo, en épocas de navidad, que estos abnegados servidores de la salud pagan el doble o más  el valor de su turno para poder disfrutar de la llegada del Niño Dios con sus seres queridos. En estos casos, las enfermeras y enfermeros solteros aprovechan para hacer “su Agosto” en Diciembre.

Normalmente en las clínicas y hospitales, los turnos de la noche de navidad y año nuevo se rifan para ver quien rueda con suerte. Bueno… el nuevo, normalmente tiene  que pagar su novatada y a veces se “gana” los peores turnos. Todo por amor a la profesión y a sus enfermos.